domingo, 21 de mayo de 2017

PÉTROLA, UN PARAÍSO ORNITOLÓGICO

PÉTROLA
Unos días después de nuestra despedida de la Albufera salimos de Valencia y nos dirijimos hacia Pétrola (Albacete). Allí miles de flamencos nos esperaban. Pétrola no sólo es conocida por la cantidad de flamenco común (este año se han registrado más de 4500 flamencos en la laguna), sino por también  las avutardas, que también la vimos, la malvasía cabeciblanca (antes criaba en la laguna, pero con el número de flamenco común, son ahuyentadas y cada vez crían menos) y alguna otra ave, tanto esteparia como acuática. Nada más llegar a Pétrola, desde la carretera,  vimos un grupo de pagaza piconegra y garcilla bueyera volando por el campo de cereal. Comimos y luego nos fuimos con la familia a dar un paseo por la laguna. Yo iba con el pensamiento de que un flamenco enano iba a aparecer. Pero es una rareza, que es un ave rara en España, y además este año sólo se han visto en Fuente de Piedra (Málaga) y en otros puntos, en total sólo ha habido 3 avistamientos. El caso es que nada más llegar a la laguna aparcamos el coche entre unos árboles y nos dirijimos hacia la orilla. Desde allí un grupo de 200 ejemplares de flamencos comía en frente de nosostros en la otra orilla. Aunque había uno que no cuadraba. Era más rosa y pequeño que todos los demás flamencos. Por un momento llegué a pensar que era el flamenco enano... Pero podía ser una hembra. Lo cual que lo miré en una guía, miré la hembra de flamenco común, era casi idéntica. El flamenco enano también se parecía mucho al de la foto. Entonces me fijé en el pico... Era lo único que diferenciaba a la hembra de flamenco común del flamenco enano, el pico negro. ¡Era un flamenco enano! Me emocioné tanto que casi no me lo creía.
Flamenco enano
 Flamenco enano
Flamenco enano
Yo estaba seguro de que era un flamenco enano así que se lo dije a un hombre que llevaba toda su vida viviendo en la laguna y que sabía de flamencos. Se lo dije y me contestó con seguridad: "Eso es una hembra de flamenco común". Yo no le hice mucho caso...El flamenco común era muy abundante además, entre ellos había otras especies de aves: porrones, avocetas, cigüeñuelas, chorlitejos, tarros blancos...
 Flamencos común, enano y cigüeñuela
Porrón europeo, avoceta común y flamenco común (uno de ellos anillado)
A continuación, unas pagazas piconegras nos sobrevolaron. El flamenco enano ni se inmutó ante nuestra presencia. Seguía allí, entre todos los flamencos comunes.
Flamencos enano y común
Flamenco enano
Un trio de flamenco común se acercó a nosotros. Eran muy bonitos y elegantes. La escena era cual para ponerla en blanco y negro.
Flamenco común
Luego nos fuimos a otra parte de la laguna. Allí si que había flamencos. Seguramente habría más de mil.
Flamenco común y tarro blanco
Finalmente un par de pagazas piconegras volaron sobre los flamencos.
 Pagaza piconegra

Pagaza piconegra
Al cabo de un rato nos dimos una vuelta por los campos de cereal. Nada más entrar, lo primero en observar fue un trio de limícolas en una laguna. Dos de ellas eran cigüeñuelas, pero la otra era un archibebe oscuro. Muy bonito. Además, un par de avutardas salieron volando en la lejanía.
Y también un grupo de gangas ortegas mezcladas con ibéricas salieron volando cerca de las avutardas. Nunca había visto gangas. Cuando ves un ave que no observas habitualmente, te emocionas. Un aguilucho lagunero se posó a lo lejos, con una especie de ratoncillo entre las garras. Detrás de él, varios cernícalos vulgares le seguía, intentando quitarle su ratón. Seguimos con el coche hasta que nos dimos cuenta de que tenías que volver a Madrid y se hacía tarde. En el regreso, nos encontramos con una avutarda que parecía no ser descofiada, lo cual, nos dejó acercarnos.
Avutarda común
Lo malo es que sólo saqué una foto. Y está desenfocada. En cuanto a las rapaces el cernícalo vulgar seguía siendo el más abundante. En una casa abandonada, en el tejado, había una pareja de cernícalos primilla. Un mochuelo se dejó ver también subido a unos escombros donde desde allí, nos miraba.
Mochuelo común
Por último, pasamos por una laguna (creo que era una de Corral Rubio) y allí, un grupo de flamencos comunes barría las aguas del humedal. Anque creo que lo que más abundaba era la avoceta común, que se acercaba a nosotros en grupos de tres. Cigüeñuelas y avefrías salían de los campos de cereal y se metían en la laguna. Y por supuesto el pato colorado y el ánade azulón eran las principales anátidas que nadaban por la charca. Cinco andarríos chicos descansaban en la orilla junto a un archibebe común.
Avoceta común
Y así terminamos nuestro día. Tened en cuenta de que la salida fue el pasado 15 de abril, lo cual ya no estará allí. Últimamente se está obsevando en la Albufera. 
Un saludo. 
Bruno.

sábado, 6 de mayo de 2017

PASEO EN BARCA POR L´ALBUFERA

PASEO EN BARCA POR L´ALBUFERA
Unos días después de nuestra última visita al marjal fuimos a la Albufera a dar un paseo en barca. Lo primero en observar fue un gorrión común que se acercó a nosotros, pero no un gorrión cualquiera, sino uno con leucismo parcial. Es una falta de pigmentación en las plumas, que le deja una gran parte de las plumas blancas. Nos subimos a la barca y una gran garza real nos sorprendió haciendo intentos de pesca.
Garza real
Bandos de ánade azulón aterrizaba entre los juncos y cañizos donde allí (probablemente) haya algún nido. Además, un grupo de moritos corría por las orillas junto a las cigüeñuelas y los chorlitejos. Un calamón se acercó a nosotros y nos miró con cara de desconfiado.
 Calamón común
Morito común
La garza real como el azulón, era una de las aves representativas del lugar. Una pagaza piquirroja volaba por la laguna. Siempre pegando graznidos. Un grupo de tres garzas vino volando hacia la barca donde a pocos metros se posó entre la vegetación. La verdad es que la garza real es un ave que me gusta mucho, con sus reclamos tan sonoros y sus colores, no tan llamativos, grises.
 Garza real
 Garza real
Garza real
Cuando terminamos el paseo y fuimos al embarcadero una hembra de azulón con sus crías nadó a nuestro lado.
Ánade azulón
Y así terminamos nuestra estancia en Valencia, despidiéndonos de la albufera y el Marjal del Moro.