sábado, 28 de noviembre de 2020

ESTANY DEL PUJOL, ALBUFERA DE VALENCIA

 Muy buenas a todos y a todas!!

Seguimos con Valencia. Durante nuestra estancia allí, además de ir al Marjal del Moro (en la entrada anterior) fuimos un par de veces al Estany del Pujol, lugar que conocía pero no daba mucha importancia. Siempre que íbamos a la Albufera era para pajarear en el Racó o en el tancat de Milia, pero esta vez la mejor opción era ir al Estany. 

La primera tarde nos esperaba Yanina, que tuvo que marcharse poco después de que llegásemos. Nos dijo lo que había y yo ya sabía donde mirar. Bueno, en verdad no, porque había demasiados pájaros como para centrarme en uno solo. 

Los primeros en ser fotografiados fueron este pequeño correlimos menudo y este archibebe claro. Antes de continuar, os explico qué es el Estany del Pujol. Es un lago situado frente a la playa del Saler, al lado del Racó. Un camino lo rodea, desde ahí ves las aves.

Correlimos menudo
Archibebe claro

A lo mejor notáis un poco de grano en las fotos, aquel día no me di cuenta de que llevaba la ISO muy alta.

No tardamos en encontarnos con Joan, un joven pajarero que conocí hace años en el marjal, viendo el porrón osculado. Frente a él estaba el correlimos gordo más confiado del mundo. Nuestra sospecha es que nunca había visto a los humanos, así que probablemente por eso era tan confiado.

Correlimos gordo

En la isla del medio se movían un ostrero, muchos correlimos comunes, andarríos chicos y un vuelvepiedras. Me pareció curioso ver tantas limícolas en un mismo sitio. Las gaviotas picofinas también captaban nuestra atención. No suelo ver más de dos veces gaviotas picofinas en un mismo año, ya que vivo en el centro de España y no suelen aparecer por allí. Sólo las veo cuando voy a Valencia.

Los archibebes claros seguían apareciendo por las orillas. En el agua había un zampullín cuellinegro, que salía y volvía a bucear cada poco tiempo.

Zampullín cuellinegro
Ostrero
Gaviota picofina
Archibebe claro
Vuelvepiedras y ostrero

Como siempre, llegó la hora de irse. Estuvimos un rato paseando por la playa del Saler y nos dimos la vuelta hacia el coche. Por el camino, en un árbol escuché unos ruiditos. "Será una curruca". Dije eso exactamente. No era una curruca, era un animal, tenía pelo, era gordito y tenía una cola larga. Exacto. Era una rata.

Foto hecha de noche. Rata...arborícola?
Vista del mar y La Luna desde la playa del Saler

Al día siguiente hicimos lo mismo. La estrella del día sería el correlimos gordo, que estaba mucho más cerca que el día anterior. Correlimos comunes y chorlitejos grandes correteaban de lado a lado por a orilla del Estany. Los charranes, también presentes, sobrevolaban nuestras cabezas y se iban al mar a pescar. En los árboles también había cosas como mitos, jilgueros y seguramente la rata. Por aquí os dejo las fotos.

El vuelvepiedras
Gaviota picofina
Chorlitejo grande
Correlimos común
Gaviota picofina
Charrán común
Correlimos gordo
Sin zoom
Mito
Charrán común

Se cruzó. Comparación de correlimos

Correlimos gordo
Correlimos gordo

Cigüeñuela común

Y con esto terminamos en viaje a Valencia y las vacaciones de verano.

Espero que os haya gustado la entrada, pronto subiré la siguiente.

Un saludo, Rapaz Salvaje





domingo, 15 de noviembre de 2020

MARJAL DEL MORO SEPTIEMBRE 2020

El verano iba llegando a su fin, pero todavía nos quedaba Valencia. Es como una tradición. Los primeros días tuvimos playa, como de costumbre. Desde el apartamento observábamos a la pareja de cernícalos que cría en una fábrica abandonada frente a la carretera, las gaviotas de Audouin y las cabecinegras volando y buscando comida por la playa. Nuestro primer destino para pajarear era el Marjal del Moro. Allí habíamos quedado con nuestra amiga Ana, a la que conocí en el Racó hace 4 años, cuando aún estaba empezando a enterarme de lo que eran los charranes ;)

Nos despertamos pronto y vamos directos al parking del marjal. Pasamos por el primer observatorio, donde vimos varias malvasías, calamones y gallinetas. Ya se oían los charranes.

Cambiamos de sitio y nos acomodamos en el observatorio del final, donde observamos charrán elegante y porrón osculado hace años. Abundaban la garcilla cangrejera, los zampullines y los charranes patinegros.

Garcilla cangrejera

Por las orillas de las islitas se movían correlimos común y zarapitín, este último lo bimbé en el mismo sitio hace tres años. Hoy estoy nostálgico, lo siento. Por el carrizo revoloteaban buitrones y sobre este pasó fugaz una agachadiza que luego se posó junto a una malvasía.

Correlimos zarapitín
Charrán patinegro
Buitrón
Malvasía cabeciblanca y agachadiza
Zampullín chico
Correlimos zarapitín

A lo largo de la mañana aparecían calamones saliendo a darse un paseo fuera del carrizo. Vaya patas que tienen. Como he dicho antes, los zampullines abundaban por el marjal. 

Familia de zampullines

Garcilla cangerejera

Familia de zampullines
Calamón
Martín pescador 

Detrás del observatorio estaban nuestras amigas las canasteras, casi siempre presentes durante nuestras visitas veraniegas al marjal.

Canastera
Canastera

La hora de comer no tardó en llegar, así que tuvimos que volver a casa. Espero que os haya gustado la entrada, pronto subiré la siguiente,

Saludos, 

Rapaz Salvaje





viernes, 6 de noviembre de 2020

GALICIA 2020

Muy buenas a todos!

Seguimos en julio. Galicia fue uno de nuestros destinos este verano.  Estuvimos por Ortigueira, Foz y Viveiro. Como el camino desde Madrid hasta Galicia es muy largo, hicimos una parada en Villafáfila. La laguna estaba seca, pero aún así vimos bastantes cosas. Varias culebreras planeaban sobre nosotros, me llamó la atención una de ellas que era muy blanca. Ahora veréis. Dejando las culebreras aparte, las rapaces más numerosas eran los primillas y en menor número, los aguiluchos cenizos. También vimos pajarillos como las abubillas y el gorrión chillón.

Cernícalo primilla
Gorrión chillón
Abubilla
Aguilucho cenizo

Culebrera europea

Antes de llegar a Galicia paramos dos días en Oviedo para conocer al que hoy es nuestro perro Indi. Fue un amor a primera vista. 

Seguimos con el viaje hasta llegar a Foz, lugar que ya conoceréis por mis entradas de hace años. Foz es un pueblo de Galicia en el que hay una ría muy buena para la observación de aves. Comimos en un restaurante un pulpo delicioso, especialidad gallega. Las gaviotas patiamarillas sobrevolaban y se posaban en las mesas vacías y con restos de comida. No tardaron en tirar una copa al suelo.

Gaviota Patiamarilla

Dimos un paseo por los alrededores de Foz pero no sacamos mucha cosa. Solo un escribano soteño y muchas ortigas, las cuales se dieron muchos abrazos y no respetaron las distancias de seguridad con mis piernas. Gran idea la de mi padre de ir campo a través para llegar al coche.


Escribano soteño

Al llegar a nuestro apartamento en Cariño me percaté de que el muro de la casa de al lado estaba lleno de avispas velutinas. Estaban atacando a unas pobres abejas, las cuales se encontraban pegadas en grupo a la pared. No sé si me explico.


Que viene!!

Como no daba tiempo a hacer mucha cosa esperamos al día siguiente. Decidimos dar una vuelta por las carreteras que unen Cariño con el Cabo Ortegal. Pasamos por bosques de eucalipto y praderas llenas de niebla. Entre los arbustos se movían currucas rabilargas. De una rama salió una rapaz. Así de primeras parecía un ratonero, pero al verlo más de cerca pensé que podría ser un azor o un abejero. Tras preguntar a varios amigos quedó en abejero. Su ojo le delataba. Además de este, también vimos varios sobrevolando los eucaliptos.

Abejero europeo
Abejero joven
Abejero joven
Hembra de curruca rabilarga

Terminamos el día en el Cabo Ortegal, desde el que disfrutamos de una bonita puesta de sol.

 

Al día siguiente me desperté pronto para dar un paseo por la playa de Cariño. Muchas gaviotas patiamarillas, reidoras, alguna sombría y dos gaviotas cabecinegras. A medida que avanzaba la mañana iban saliendo nuevas especies, como un andarríos chico, un martín pescador y tres alcatraces en el puerto.

Andarríos chico
Gaviota cabecinegra 

Alcatraz atlántico

Como en las casas que habíamos alquilado no permitían perros, tuvimos que dejar a Indi en un "hotel" para perros en Foz. La siguiente casa en la que dormimos estaba en Viveiro, más cerca de Foz. Por el camino nos paramos a comer en Ortigueira, una parada obligada. Mucho zarapito trinador y muchísimos más reales. Entre ellos había ostreros y agujas colipintas.


A ver si encontráis a las colipintas entre los trinadores ;)

Durante nuestra estancia en Viveiro pude observar muchos ratoneros ( chillando a pleno pulmón ) y escribanos soteños, también cantando. Todos los días recogíamos a Indi del hotel y pasábamos toda la mañana y la tarde con él. En Foz fotografié un jilguero muy bonito y una tarabilla que se posó en un muro mientras dábamos un paseo. Es lo que puedo destacar.

Escribano soteño
Tarabilla

Jilguero común

Para terminar con la entrada, os dejo con un mirlo acuático que vi en un río de León, mientras comíamos en un restaurante de camino a casa. 


Espero que os haya gustado la entrada, pronto subiré la siguiente.

Un saludo, Rapaz Salvaje