lunes, 20 de noviembre de 2017

MARISMAS DE JOYEL Y SANTOÑA

VIAJE A CANTABRIA
El último fin de semana de octubre nos hicimos una escapadita a Cantabria. El primer día de viaje dormimos en Reinosa. A la una de la mañana... ¡dos grados en la calle! Desde el balcón pudimos observar entre la niebla esmerejón y cuervos. Continuamos la ruta hasta Isla, Cantabria. Descargamos el equipaje, comemos, siesta corta y a pajarear. Desde mi casa se podía ver la Marisma de Joyel, pero lo único bueno que se veía era un grupito de negrón común que se alejaba de la ría mar adentro. Ahora nos dirijimos a Santoña. Paramos en las Marismas de Bengoa. Desde allí observamos cómodamente zampullín cuellinegro zambulliéndose en el agua. Un trio se encontraba delante de nosotros.
Zampullín cuellinegro
A unos cuantos metros, un dormidero de garcilla bueyera. No pudimos contarlas exactamente, pero con las fotos que las hice he contado un bando que rozaba los 100 ej. Justo nos encontramos con un pajarero, le preguntamos sobre las aves en Bengoa. Casualidad, él también era de Colmenar!!! A un lado de la marisma descansaban un par de garcetas grandes, comunes, espátulas...
 Garcilla bueyera
 Garceta grande
Espátulas comunes
Además del blanco, en el humedal también había marrón, las limícolas. Entre las  más destacadas estaban el archibebe claro, común, agujas colinegras y colipintas.
 Aguja colipinta, colinegra y archibebe común
Aguja colipinta
Se oscurecía y yo no me quería perder el siguiente punto, el mirador de La Arenilla. Ya casi no había luz, un fugaz charrán patinegro cruza el observatorio. Al fondo descubrimos el mayor paterío que he visto en mi vida (significado de paterío: conjunto grande de, normalmente, anátidas). Más de 150 silbones contados y barnaclas carinegras!! Las barnaclas se encontraban mezcladas entre las demás anátidas.
Paterío (silbones, barnaclas carinegras, zarapito real, garceta grande)
MARISMA DE JOYEL
La mañana siguiente fuimos a la cercana Marisma de Joyel. A las 8:30 ya estábamos allí. Nada más llegar nos encontramos un grupo de chovas piquigualdas en la cima de la montaña. Al llegar al observatorio todos los patos estaban dormidos!!! Continuamos por un sendero que llevaba hasta el otro observatorio. Por el camino observamos especies tan interesantes como alcaudón común y alguna curruca. Nos metimos en el observatorio y lo primero en observar fueron un grupo de archibebes comunes y claros. Ánades reales y algún zampullín nadaba tras nosotros. Las limícolas más grandes de nuestra Península Ibérica, el zarapito real, corrían por las orillas de la marisma.
 Archibebe claro
Zarapito real
Aguiluchos laguneros volaban por los alrededores. Cormoranes y garcillas bueyeras eran de las aves más abundantes. Muy escasos eran los andarríos chicos. Varios correteaban por las orillas. Nosotros estábamos a la espera de algo interesante. De repente una limícola me llamó la atención. La hice una foto, el primer pensamiento que se me vino a la cabeza fue que era un correlimos pectoral. No tardé en deshacer mis ilusiones al darme cuenta de que era común.
Los archibebes claros se hacían cada vez más abundantes. Una espátula vino volando y se posó justo a la sombra, donde mi cámara no podía hacer fotos por la escasez de luz.
 Archibebe claro
Para finalizar nuestra salida observamos un fugaz martín pescador. Lo único que salió (por falta de luz) fue una cutrefoto.
 Un saludo, feliz pajareo.




2 comentarios:

  1. Por las fotos tan buenas, lo que cuentas con ellas y lo bien que describes el entorno ha sido muy fructífera la excursión.
    Y a pesar de la falta de luz, el martín pescador ha quedado muy resultón.
    Ha sido un placer leerte otra vez, Rapaz.
    El Gavilán Viejo.

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