Hola a todos!! Recién llegado de Galicia me dispongo a escribir esta entrada sobre el puerto de la Morcuera a finales de primavera/principios de verano. Esta época del año es perfecta para acercarse a este enclave ornitológico de la Sierra Norte de Madrid. Yo acudí a buscar aves de montaña diferentes días de mayo y junio. Uno de ellos fui con mi padre, a finales mayo. Era una tarde primaveral, había sol pero hacía fresquito. También nos acompañaban mi hermano y mi perro Indi. En el parking del puerto se movía una collalba gris, que revoloteaba por los prados de detrás de la valla de madera.
Nos pusimos a andar por el camino que sale del parking de arriba. En los pinos descubrimos a un par de bisbitas campestres. En estos mismos pinos vimos también un pinzón que se movía inquieto por las ramas. Acentores no faltaban, al igual que los buitres leonados.
En una piedra del camino cantaba un pajarillo. Se trataba de un escribano hortelano, presente en prácticamente todas las salidas que hice a partir de ese día a Morcuera. Un pajarito precioso, de mis escribanos "comunes" favoritos.
Así terminamos la tarde, entre paseriformes...
Otro día, ya en junio, volví a visitar este lugar con mi amigo Diego Teba, un chaval pajarero que vive por la Sierra de Madrid y que conocí hace poco por Instagram. Esta vez fue por la mañana. También hacía buen día y el canto de los pajarillos animaba el ambiente. Los escribanos montesinos se dejaban ver encima de los arbustos que rodeaban el camino. Estos y los hortelanos ( los cuales hicieron seguidamente su aparición ) fueron los más numerosos.
Esta vez, nuestra diosa suprema ( la alondra totovía ) nos vigilaba desde los pinos donde anteriormente estaban las campestres.
Escribano montesino
Decidimos dar la vuelta y subir un poco de altura, más o menos a medio camino de La Najarra, para intentar roquero rojo. En la valla de madera se encontraba posado un gorrión chillón con una pluma en el pico de lo que creo que es de buitre leonado.
Ya en el camino, salían volando pardillos, verderones y pinzones. En las piedras cercanas descansaban collalbas grises y, un poco más arriba, encontramos bisbitas campestes. Tanto Diego como yo pudimos sacarles buenas fotos.
De repente, se me cruzó por el rabillo del ojo una rapaz que se juntó con los buitres que sobrevolaban el parking de Morcuera. No tardamos en descubrir que se trataba de un águila real.
Llegamos a un lugar lleno de piedras donde paramos para intentar sacar al roquero rojo. Después de un rato y cuando ya íbamos a marchar, los ojos de Diego captaron algo de colores llamativos moviéndose por las rocas. Ahí estaba. El precioso macho de roquero rojo capturando bichos a unos cincuenta metros de nosotros. Pude sacarle unas cutrefotos para testimoniar que nos encontramos con esta bella ave.
Así terminamos la mañana. Y ya, el último día que subimos a Morcuera, fue con Mario, Pepe y Javi. Aquel día no observamos nada diferente a los anteriores salvo un reyezuelo listado y un par de currucas tomilleras. Como días pasados, los escribanos hortelanos y montesinos poblaban los arbustos cercanos al camino. Avanzamos mucho más que las veces anteriores, descubriendo parte del camino. Entre las novedades estaban unos cuantos cucos y la pareja de currucas tomilleras, que habrían criado por allí. Bimbo para mí. Llegamos a un punto donde decidimos bajar campo a través por un riachuelito que bajaba la ladera de arbustos y escribanos. En ese riachuelo descubrimos una rana patilarga. Javi se paraba cada dos por tres a hacer fotos a las mariposas que posteriormente enviaría a Gonzalo si no las identificaba el propio Javi antes. Yo vi oportuno fotografiar una esfinge colibrí que se movía entre las flores del camino. Ya en el pinar, pudimos disfrutar de un reyezuelo listado entre las ramas de los pinos.
Estos fueron los tres días que estuve por Morucuera a finales de mayo/comienzos de verano.
Quiero aprovechar para enseñaros las fotos que hice en otras dos salidas, una por detrás de mi pueblo, yendo por los caminos cerca del Monte del Pardo y otra que hice con Mario y Pepe por el puerto del Cardoso.
La tarde que hice con mi padre salió muy bien, con una pareja de imperiales, cogujada montesina, abejarucos, lagarto ocelado, cernícalos primilla, tórtola europea y más bichejos. Esto suele ser habitual por los caminos de detrás del pueblo.
La otra, por el puerto del Cardoso, fue con intención de sacar halcón de Eleonora. No tuvimos suerte, pero a cambio, yo bimbé curruca zarcera, además de que vimos dos alcotanes, un lagunero en medio de la montaña, abejeros, culebrera y cucos, los cuales no paraban de sobrevolar el parking del puerto. Era una escena muy curiosa y se escuchaba el mítico cucú de fondo entre los pinos.
Y con esto, termino la entrada. Espero que os haya gustado, pronto subiré la siguiente.
Un saludo, Rapaz Salvaje
Gracias, Bruno. Te he acompañado en cada una de esas salidas. Lo cuentas tan bien que me parecía estar por esos montes contigo.
ResponderEliminarLas fotos a cual más bonita.
Gracias.
El Gavilán Viejo.
Gracias por el comentario Gavilán. Me alegra saber que mis entradas son de tu agrado.
EliminarSaludos
Rapaz Salvaje
La diosa 😏❤
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