LA MIGRACIÓN EN EL EMBALSE DE SANTILLANA
El pasado 4 de abril, antes de ir a Valencia, tuve un encuentro con la famosa águila pescadora en el Embalse de Santillana. El día fue alucinante... Nada más entrar en el embalse un grupito de andarríos grande siguiendo a un andarríos chico pasó volando delante de nosotros. Los somormujos lavancos (ya con el plumaje estival) hacían su danza de apareamiento, todo un espectáculo. Después, en la otra orilla del embalse aparecieron cuatro tarros blancos junto a cinco archibebes comunes. Justo en aquel instante nos dimos cuenta de que un archibebe claro descansaba entre la vegetación a unos metros de nosotros. Todo parecía normal. Hasta que de repente apareció, se escuchó un batir de alas poderoso acompañado por chillidos y planeos, el águila pescadora. Ver esta especie en carne y hueso es alucinante. Yo cogí la cámara y empecé a tirar fotos al águila, sin saber si estaba enfocando o no. La mayoría estaban desenfocadas, pero hubo dos que se salvaron.
Águila pescadora
Águila pescadora
Milano negro
Un milano negro vino volando a baja altura y se posó en un árbol. Es la rapaz más abundante en el embalse en verano y primavera. A diferencia del milano real, este más sociable (al menos conmigo).
Una bandada de 40-50 cormoranes grandes vino volando hacia el milano negro. Él los miraba, pensando si saltar o no.
Cormorán grande
Lo bueno de las migraciones es que si tienes suerte puedes encontrarte aves no habituales por la zona como es el caso de la pagaza piquirroja. Un trio volaba pegando graznidos por encima de nuestras cabezas. La pagaza piquirroja es rareza en el interior por lo que puse la observación en reservoirbirds. Este grupo de pagazas piquirrojas volaba en círculos mirando el espectáculo (los cormoranes, el milano, el águila pescadora).
Pagazas piquirrojas
Pagaza piqurroja
Pagaza piquirroja
El milano negro es uno de los protagonistas del Embalse de Santillana en verano. Estos volaban por encima de nosotros. Un aguilucho lagunero seguido por un águila calzada. El milano negro que se había posado antes en el árbol seguía planeando, dejándose llevar por el viento.
Milano negro
Milano negro
Por último un andarríos grande apareció entre la hierba. Siempre tan bonitos y elegantes.
Andarríos grande
Un mes después de nuestro encuentro con el águila pescadora (a principios de mayo) volvimos al embalse. Una vez allí cogimos la cámara y empezamos a analizar todas las especies de aves que había. Las más aundantes eran las fochas (unos 30 ejemplares como máximo) y el milano negro (quizás 5 planeaban por encima de nosotros y otros 4 estaban posados en los árboles que nos rodeaban). También había varios milanos reales.
Milano
Además de los milanos también había garzas reales, garcillas bueyeras y garcetas comunes que a veces venían en grupos de cuatro. Nos dimos cuenta de que se podía acceder a un sitio donde se veían mejor los milanos, el camino era bordeando la otra orilla hasta llegar a un árbol donde desede allí se veían mejor los milanos. Fuimos siguiendo el sendero que llevaba a nustro destino cuando nos encontramos con una pareja de somormujos lavancos. Nos dejaron acercarnos lo suficiente para que yo les sacara unas fotos de cerca.
Somormujo lavanco
Un par de águilas calzadas nos sobrevolaron. Se está notando cómo sube el número de esta especie a medida que se acerca el verano. Lo malo es que sólo salieron `cutrefotos´.
Águila calzada
Águila calzada
Águila calzada
Al llegar al árbol nos sorprendieron una pareja de milanos negros volando y posándose cerca de nosotros.
Milano negro
Y de repente apareció lo interesante. Una espátula común pasó volando a baja altura muy cerca de la cámara. La última vez que la vi por este embalse fue en el octubre de 2016. Son muy bonitas, sobre todo por el pico. La espátula común es migrante en Madrid y en casi toda España. Normalmente pasa por aquí entre septiembre y octubre, a veces con invernantes y de febrero a abril.
Espátula común
Los milanos seguían volando a baja altura y posándose en los árboles. Hubo uno que se puso en un árbol delante de nosotros, y de ese mismo árbol salió una garza real echando al milano. La pregunta es por qué, nosotros nos fijamos bien en el árbol. Y escondido entre las ramas apareció el nido de la garza con polluelos.
Milano negro
No sólo garzas reales y garcetas comunes aparecieron aquel día en el embalse, sino también martinetes. Un ejemplar volaba por encima de nosotros. El martinete común es una señal en el Santillana de que la llegada de las aves estivales ya ha comenzado.
Martinete común
Martinete común
La espátula volvió, hizo la misma trayectoria que antes. Empezó a hacer reclamos y luego, se fue por segunda vez. Detrás de ella iban un par de garcetas comunes.
Espátula común
Espátula común
Garceta común
Unos 3 milanos negros vinieron de la Pedriza y se posaron en los árboles que nos rodeaban a la cámara y a mi.
Milano negro
Milano negro
Milano negro
Finalmente, una lavandera boyera se presentó a última hora en la orilla. Y justamente en ese momento una pareja de martines pescadores voló fugazmente detrás de ella.
Martín pescador
Lavandera boyera
La semana pasada fuimos otra vez. La cosa había cambiado, ya no había martinetes, sólo seguía la espátula. Nada más llegar, nos saludaron un trio de garcetas comunes acompañadas por una veintena de fochas. A unos 50-100 metros descansaba una garza real junto a dos tarros blancos. Era una pareja, macho y hembra. Supongo que se irán dentro de poco. Además, los milanos negros planeaban sobre ellos.
Garza real, tarro blanco, cigüeña blanca y (al fondo) una garceta común acompañada por dos garzas
En la vallla que separaba una finca de nosotros se posó un milano negro. Parecía un ejemplar juvenil, no estoy seguro. Otro milano voló cerca de él, muy cerca de nosotros.
Milano negro
Milano negro
La tarde se fue nublando. De unos árboles, salieron un grupo de currucas cabecinegras acompañadas por un cuco. Nosotros nos acercamos al árbol desde donde vimos el martinete y la espátula. Por el camino nos topamos con varios andarríos chicos y algún archibebe común. La garza real de antes ahora estaba mucho más cerca. Ahora se podía ver mejor.
Garza real
Además a los milanos se les podía hacer mejores fotos.
Milano negro
A uno le hice una foto muy chula.
Milano negro
Cuando ya llegamos al árbol un par de tarros nos sorprendió, uno era canelo y el otro era blanco, persiguiéndose el uno al otro.
Tarro blanco, tarro canelo y somormujo lavanco
Una garza real se posó en unas ramas que había cerca de la orilla.
Garza real
Además de garzas, también había muchas anátidas como el ánade azulón o el tarro canelo.
Tarro canelo
Después de un buen rato de observación de aves volvimos a casa. Por el camino, nos encontramos con esta garceta común.
Y así termino mi entrada. Espero que os haya gustado.
Saludos. Bruno.