Muy buenas a todos, siento el abandono del blog, lo cierto es que he estado muy ocupado últimamente. Una vez terminados los exámenes, tengo más tiempo para mis cosas. Continuaré por donde lo dejamos. Una semana después de la búsqueda del halcón de Eleonora, nos desplazamos a Valencia Mario, Pepe, mi padre, mi hermano y yo.
Era algo que tenía en mente desde hace tiempo, irme de vacaciones con mi mejor amigo a pajarear. Sin duda el tiempo que pasamos allí mereció la pena.
Empezamos por el mítico Racó, donde tantas veces he disfrutado de las diversas especies que se pueden observar allí. En verano mola el triple, ya que hay más ambiente de pajarillos, con el sonido de la charranada de fondo. Ya desde el parking veíamos a los charranes comunes sobrevolarnos, además de charranes patinegros y gaviotas de Audouin y cabecinegras.
Ya dentro del Racó, se movían currucas cabecinegras e incluso ratas por las ramas de los pinos y arbustos. La rata que vimos primero la dimos por ardilla, pero al acercarnos comprobamos que no lo era.
Fuimos directos a la zona de reserva, donde echamos un primer vistazo desde el primer observatorio. La colonia de charranes, como podríamos haber comprobado por el sonido, estaba más que animada. Avocetas, archibebes común y claro, andarríos... Por el fondo estaban los flamencos, pateándose toda la superficie del agua.
Otros de los presentes fueron una pareja de charrancitos y alguna que otra gaviota picofina. No sé por qué razón, pero segundos antes de marchar hacia el siguiente observatorio miré la islita que teníamos delante. Supongo que se activaría mi sentido arácnido versión pajarera, porque donde puse el ojo estaba mi querido charrán elegante, especie con la que he compartido tantos veranos. Esos tantos veranos son 4, creo, pero da igual. Cada vez que lo veo siento como si fuera mi primer encuentro con él. Recuerdo que cuando lo vi dije una palabrota, jajaja. Un buen bimbito para Mario y Pepe.
Después, dimos una vuelta por los demás observatorios del Racó, observando las cercetas pardillas y porrones europeos sumándose a la lista de anátidas del día. Como empezaba a apretar el calor, decidimos intentar sacar la dimorfa, intento frustrado de los tres que hicimos. No obstante, pudimos comprobar que la Albufera es un lugar perfecto para las ardeidas. En el viaje vimos todas las especies que se pueden ver por España salvo el avetoro. Del arrozal salían cabezas, una tras otra, de garcillas cangrejeras y garzas imperiales, además de los avetorillos que cruzaban como balas de lado a lado del arrozal.
Otras especies que sumamos esa mañana fueron un aguilucho lagunero dándose de tortas con una reidora, pagazas piconegras, andarríos bastardos y chorlitejos chicos y un solitario cernícalo.
Así terminamos la mañana, además del día pajarero, debido a que por la tarde estuvimos volando la cometa en la playa.
A la mañana siguiente nos acercamos de nuevo Mario, Pepe y yo al Marjal del Moro, lugar donde he pasado tantas mañanas y tardes de verano, primavera o invierno. Allí pudimos disfrutar de las malvasías, charranes y limis. He de decir que el último observatorio ( el de los charranes ) estaba un poco dejado, cubierto en su mayoría por carrizo o plantas. También estaban los carriceros comunes y tordales, además de un posible ( que estoy al 99% seguro ) carricerín real. De ardeidas teníamos 3 garcetas grandes, garcillas cangrejeras y poco más.
Lo cierto es que fue una mañana un tanto aburrida, pero lo pasamos bien dando el paseo en compañía de las canasteras.
Carricero bastante majete
Esa misma tarde reintentamos la garceta dimorfa en L´Albufera. Aquel intento fue el definitivo. Como el día anterior, el sitio estaba animado de ardeidas. Garceta común, grande, garcillas bueyera y cangrejera, garzas real e imperial, martinete, avetorillo... Sólo faltaba la gularis. En la lejanía se veían bandos interesantes de moritos, contándose por cientos. Además, canasteras y fumareles hicieron sus apariciones a lo largo de la tarde, mostrándose en la carretera o cazando por los arrozales. Ya atardeciendo, Pepe se puso a mirar con el telescopio un grupo de ardeidas en el que había también un flamenco. En el momento más inesperado, mientras yo charlaba con Mario acerca de nuestras cosas, Pepe localizó esta bonita garceta, con la que completaríamos nuestra lista de ardeidas "fáciles" en España.
Estuvimos disfrutando de ella todo lo que pudimos hasta que se puso el sol. Ya volviendo a casa nos topamos con un ejemplar de tórtola europea posada en una valla cerca de la carretera. Una última sorpresa para acabar el día.
La mañana siguiente fue parecida a las demás. Cambiando la ruta un poco, pasando ahora por el Tancat de Millia y dando una vuelta por el Racó ( pero esta vez fue por las zonas donde van los turistas ). Además, antes de comer echaríamos un vistazo al Tancat de Burriel, que nos trajo un par de sorpresas.
Por los arrozales se movían ( como los días anteriores ) muchas cangrejeras y garzas imperiales. Desde la torre del Tancat de Millia observamos más carriceros ( común y tordal ), dos tórtolas europeas y algún martinete como destacable. A continuación visitamos el Racó, donde vimos más de lo mismo que la vez anterior pero que no deja de gustar ver, como charranes, avocetas, archibebes y más pajarillos. Además tuvimos la suerte de descubrir una nueva especie de gaviota, la "gaviota arborícola".
Para terminar la mañana nos pasamos por el maravilloso Tancat de Burriel, repleto de fumareles, limícolasy demás aves. Entre todo el mogollón descubrimos un par de archibebes finos y un adulto de fumarel aliblanco. Dos sorpresones . Numerosos combatientes, archibebes, correlimos y fumareles se encontraban en ese pequeño lugar.
Y ya para despedir la tarde, hicimos un poco de seawatching desde el cabo de Cullera, donde pudimos ver pasar alcatraces, charranes y pardelas cenicientas ( esta última bimbo para Mario ). Siempre está guay ver aves desde cabo, es otro tipo de birding, pero mola.
Para terminar el día nos pasamos por Burriel de nuevo, donde añadimos una especie nueva al viaje, la gaviota enana.
Y así terminó nuestro mini viaje a Levante. Lo cierto es que estuvo genial, un buen inicio del verano, calentando motores para lo que se vendría a continuación.
Espero que os haya gustado la entrada, un saludo,
Rapaz Salvaje.
Y feliz año nuevo!!! Por un año lleno de pajareo y salud!
Apabullante entrada, Rapaz, tan extensa que hay que "digerirla" poco a poco como los buenos alimentos para disfrutar de ella.
ResponderEliminarGracias y que el año entrante sea saludable para ti y tu familia y os colme de felicidad.
El Gavilán Viejo.
Me alegra que te haya gustado la entrada Gavilán!
EliminarSaludos y feliz año nuevo!
Pa cuando la siguiente 😈
ResponderEliminarEn nada rey
EliminarGrasias
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