domingo, 30 de abril de 2017

MARJAL DEL MORO III

MARJAL DEL MORO III
Al día siguiente volvimos a intentar ver a la polluela, pero no tuvimos suerte. Seguían todas las especies de aves que observamos el día anterior, todas menos la agachadiza. No tuvimos tiempo de ir al observatorio, lo intentaremos en otra ocasión. Unos días despúes, fuimos otra vez al marjal, pero esta vez no íbamos con intención de ver a la polluela, sino que queríamos ver a las malvasías cabeciblancas. Lo primero que hicimos fue ir al campo encharcado donde nos recibieron los moritos y los andarríos bastardos.
 Andarríos bastardo
Morito común
No había mucha cantidad de aves en esa zona así que nos fuimos al observatorio. Nada más llegar al primer observatorio grupos de pato colorado nadaban cerca de un par de fumareles cariblancos que descansaban en dos palos en medio del marjal. Fochas y gallinetas (al igual que los patos colorados) también nadaban por el marjal. A lo lejos, entre un grupo de azulones, se asomaba un ejemplar de malvasía cabeciblanca. Me di una gran sorpresa al ver que había conseguido fotografiar a una malvasía. Lo malo es que como estaba a esa distancia, no he podido sacar muy buenas fotos del ave.
Malvasía cabeciblanca y galápagos (no sé mucho de tortugas, pero creo que son europeos)
Salimos del observatorio y nos dirigimos hacia el segundo. Allí nos recibieron unos charranes patinegros y un grupo de charranes comunes, cigüeñuelas, chorlitejos chicos, gaviotas cabecinegras y una gaviota picofina.
Charrán patinegro y charrán común
Gaviota picofina
Estuvimos viendo las colnias de charranes por si acaso aparecía el porrón osculado. Efectivamente seguía en el marjal, la misma hembra.
Porrón osculado
Un aguilucho lagunero se acercó volando al observatorio, entonces todos los charranes salieron volando. Era un espectáculo.
Charranes comunes
Después nos enteramos de que Ana estaba en el marjal así que nos dirigimos hacia ella. Estaba intentando ver a una polluela chica, que como las otras dos polluelas, andaba por el marjal. Nosotros nos acoplamos a la situación y también intentamos verla. Pero sólo una lavandera boyera apareció en el caminito donde se veía. Y cuando ya nos íbamos yendo, apareció la polluela. No la chica, sino la pintoja. Después de tres días de esfuerzo, pegándonos madrugones y prestando atención, la hemos conseguido ver. Era muy bonita.
Lavandera boyera

Polluela pintoja
Nos despedimos de Ana y nos fuimos al coche, pero yo le convencí a papá de pasarnos por el segundo observatorio y justo había una cerceta carretona a unos metros de nosotros.
Cerceta carretona

3 comentarios:

  1. Vaya zurrada que te habrás dado a trabajar, Bruno. Editar las fotos, recordar momentos y componer los textos llevará su tiempo. Gracias por dedicárnoslo, Rapaz.

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  2. Denada abuelo, gracias por escribirme en todas mis entradas. Besos, Bruno.

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